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lunes, 2 de enero de 2012

BigData

Se tuviéramos que elegir entre los secretos mejor guardados del pasado siglo, incurriríamos en el debate de si somos los únicos seres vivos del universo o cual es exactamente la fórmula de la Coca-Cola. Ahora bien, en este 2012 y con crisis incluida, podemos revelar que cada día mas de 2.5 quintillones de bytes son creados nuevos y que ahora mismo el 90% de los datos de el mundo han sido insertados en los últimos dos años.



Volvamos a lo secretos, otro par de debates; la muerte de JFK y la del mismo Hitler, ambas plagadas de dudas, de sombras de medias verdades -las peores-. Una pena que aquellos que estuvieron allí, en los últimos instantes de ambos, no tuvieran un Samsumg Galaxy 2 a pleno rendimiento, con todos sus pixels de definición y sus tropecientos bytes de almacenamiento de vídeo en HD. En un simple instante se esclarecerían todas esas dudas basadas siempre en lo mismo; en fallos en los registros de datos, en sus relaciones y finalmente en su posterior gestión.

Cualquier ingeniero de sistemas de cualquier país de hoy en día conoce la envergadura del volumen de los datos de Internet y el carácter de su problemática. Casi tres quintillones de bytes resultan complejos de almacenar, de asegurar, de acceder a ellos en cualquier lugar e instante pero el mayor de los problemas de esos datos es su gestión, en la capacidad que tenemos de aplicarles un razonamiento intrínsecamente humano, un raciocinio automatizado ya que de sobra sabemos que ningún cerebro puede gestionarlos.

El esfuerzo de esta década irá por ahí, aplicaciones que sean capaces de sacarle "chicha" razonada y razonable a todos los zettabytes, que se ejecuten en paralelo porque no hay otra manera y que se publiciten a millones de personas en menos de lo que canta un gallo.

No vaya a ser que paseando por la calle capturemos de reobote y on-line el próximo acontecimiento histórico  de este siglo y no seamos capaces de revelarlo como dios manda, incapaces de discernir entre la ingente cantidad de datos de menor transcendencia que se mueven por ahí.