Las señales analógicas varían de forma continua en el tiempo pero la virtud de poderlas traspasar a sistemas discretos, ceros y unos, permiten la transmisión inmediata a cientos de miles de personas a la velocidad de un fotón. Esto aplica para formatos de música como mp3, videos como avi, y documentos como tiff o jpg.
Julian, actualmente encarcelado por pasar a digital un 5% de la informacion que posee, se le acusa únicamente de haber volcado esta informacion a la red. De forma practicamente inmediata millones de internautas la procesan en sus cerebros analógicos impregnándola de sus conocimientos y valores debatiendo su veracidad.
El cóctel de los jugadores digital, inmediato y veraz se ha resuelto en un segundo tanto a favor del wikileaks, -el primero lo podeis recordar en mi anterior entrada-, pero la partida no ha terminado.
Con su fundador entre rejas y sin acceso a la red, ¿cual sera el siguiente movimiento del Estado?,
¿que tal no volver a mentir al ciudadano que les vota?
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