Me impactó en su día el documental "Una verdad incomoda" de Al Gore. Ya no nos acordamos, pero por aquellas fechas la mayoría de la población despilfarraba la energía en todos sus subproductos sin pensar más allá. O sea, como ahora. Algún día existirá un porcentaje pequeño de sociedad que mirará más allá de su flamante 4x4 embutido en un atasco y motivado por su verguenza ajena decidirá ir en metro o dando un paseo. Cuando llegue a su oficina subirá andando a su puesto de trabajo porque además de hacer ejercicio no necesita el ascensor y encenderá su ordenador, fax, impresora, scanner y plotter, apagados la tarde anterior porque esto también tenía impacto de CO2.
Pero de lo que si estoy seguro es de que habrá un colectivo mayor que al mirar su factura de la luz, decida instalar bombillas de bajo consumo, apagar sus portátiles y solo encender la impresora cuando haya de imprimir algo imprescindible en papel y en blanco y negro. El imperio es el imperio, y en los tiempos de decadencia siempre se impone la filosofía de los pretorianos. Es interesante saber que el uso de internet representa el 5.4% de toda la energía consumida en el mundo entero y en términos energéticos representa más CO2 que todas las aerolíneas existentes juntas. Ahora bien es más interesante para muchos saber que la factura eléctrica desde el 2002 se ha incrementado casi un 20%. Al final y de rebote los profesionales TI vamos a aportar un granito de arena para dejar un planeta más limpio a nuestros hijos.
La continua demanda exponencial de necesidades de computación en menor espacio y tiempo pone en tesitura la famosa ley de Moore formulada por el co-fundador de Intel en 1965 y que expresa que aproximadamente cada 18 meses se duplica el número de transistores en un circuito integrado. La agarra por el pescuezo del tiempo y de momento la zarandea.
Ante estos desafíos, los actuales centros de datos se han quedado obsoletos y tanto su hardware como el software no pueden ser suficientemente actualizados para competir eficazmente respondiendo a las anteriormente mencionadas necesidades. El método tradicional de instalar más máquinas y renovar aplicativos ya no funciona. La virtualización es un parche y consolidar tiene un límite en su propia eficiencia de esencia pragmática.
Un consejo, si está elaborando propuestas para la implantación o ampliación de su DataCenter solo hay dos métricas que por lo anterior se suceden como imprescindibles, el coste de su metro cuadrado –con todo lo que eso conlleva- y su huella de carbono.
Lamentablemente por este orden.
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